jueves, 19 de marzo de 2015

Reflexión para esta Cuaresma.

Índice del artículo
Cada día, vivir
Oportunidades
Motivos
Hay días buenos y malos. Días tontos. Días especiales. Hay días de rutina, y otros de novedad. Hay días inolvidables –por fantásticos– e inolvidables –por trágicos–. Otros, se olvidan pronto. Hay días marcados por el ocio. O por el trabajo. Por el estudio. Por los viajes. Por la soledad, o por la gente. Sea lo que sea, lo importante es extraer el meollo de la vida a todos los días. Darnos cuenta de que cada día importa. Cada día es un escenario donde puedo poner en juego el amor, la justicia y la fe. Siempre.
«El corazón del hombre le informa de la oportunidad mejor que siete centinelas en las almenas» (Eclo 7, 14)
¿Te das cuenta de las muchas oportunidades que plantea cada día?Conversaciones, lecturas, vivencias, sentimientos, gestos, roces… Todo ello puede ocurrir. Plantea cada jornada como un misterio, una fiesta, una página en blanco que puedes escribir de muchas formas diferentes. Plantea cada día como un enigma que toca descifrar. Y hazte consciente de lo mucho que para ti pasa inadvertido –porque es habitual– y sin embargo para muchas personas sería una ocasión única.
¿Qué oportunidades le ves al día de hoy? ¿O a esta semana? ¿O a esta Cuaresma?
Índice del artículo
Cada día, vivir
Oportunidades
Motivos
«Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: gozan en tu presencia, como se goza en la siega, como se alegran los que se reparten el botín» (Is 9, 2)
Hay muchas personas que están siempre recelosas, como encogidas ante la vida. Sin embargo, hay un punto de energía que podemos detectar dentro de nosotros. Se llama empuje, fuerza, pasión. No ha de faltar en nuestros días. Piensa en todo lo que, hoy en día, te motiva para levantarte, trabajar, vivir, relacionarte con otros. Los motivos que te llevan a elegir unos caminos, dar unos pasos, emplear tu tiempo de una forma. ¿Por qué haces lo que haces? ¿Por amor? ¿Por tedio? ¿Por dinero? ¿Por miedo? ¿Por aburrimiento?
Piensa en lo que más te ilusiona en esta etapa de la vida.

La Humanidad de Jesús

La Humanidad de Jesús
Mientras contemplas los Evangelios durante esta Cuaresma, escucha este consejo desde tu corazón: debes asegurarte de aceptar seriamente la humanidad de Jesús, incluso al reflexionar sobre sus atributos divinos. Dios aceptó tan seriamente a la humanidad que se volvió uno de nosotros, y le prestaríamos un flaco servicio si no le diéramos la importancia que merece a lo que Dios ha hecho al volverse humano. Cuando usamos nuestra imaginación al contemplar a Jesús, confiamos que el Espíritu de Dios la usará para revelarnos algo sobre Jesús; algo que es importante para nosotras y nosotros, y que nos hará amarlo y desear seguirlo. La única forma de llegar a conocer a fondo a otra persona es por medio de la revelación; la otra persona debe revelarse a nosotras/os. Al contemplar los Evangelios, estamos pidiendo a Jesús que Él se nos revele.
William A. Barry, SJ